Nacionalprincipal

Nepotismo y ocurrencias distintivos del gobierno de Layda Sansores

Francisco Javier Vázquez Burgos

La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en realidad no tiene un gabinete de colaboradores, lo que tiene es una pandilla de mafiosos que son sus cómplices en el desbarajuste que se traen en esa entidad, como corrupción, ineficacia, nepotismo  y hasta ligas con el crimen organizado y un odio que genera persecución contra  todos los adversarios políticos de morena, siendo sus villanos preferidos don alito y la alcaldesa de la capital, doña Biby, a quienes con acciones ilegales no deja de presionar, y es que ella sabe que MOCI la derrotó en Campeche y que su presencia en la gubernatura es producto de sucias jugadas y no puede controlar sus odios.

Esta tan distraída la gobernadora en sus conductas infantiles, haciendo maldad para desahogar sus frustraciones, -que no imaginamos cuáles podrían ser, considerando que ha sido una niña rica que todo obtuvo sin el mayor esfuerzo, inclusive Salinas le regaló una diputación federal-  que la delincuencia se ha disparado en la tierra del pan de cazón como nunca, se habla de que la jefa de la policía, Marcela puede ser un pésimo elemento  de seguridad, pero una excelente madre, tía, suegra, pues a todos sus parientes los ha colocado en empleos importantes en el gobierno de Layda, aunque sus recomendados sean verdaderos fracasados. Sin duda es parte de la pandilla y de las más consentidas. Los policías de Campeche de ser los más honestos del país son unos asaltantes con placa y pistola.

Además de inepta la jefa de la policía, -quien colocó a una de sus hijas como directora de la policía en el municipio del Carmen y está de más decir que es  la demarcación con más delincuencia, y a su hijo como vice fiscal- se le vincula con actos de corrupción, pues no es creíble que sea coincidencia que en los lugares donde ha trabajado se dispare el narcomenudeo, los ajustes de cuentas,  como se está sufriendo en Campeche, algo que nunca se había visto y como sucedió en la Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, y también la señalan de Michoacán, pero después de que vimos que ratificaran a Américo Villareal en Tamaulipas, ya nada  sorprende de morena, es más que claro que existe un fuerte  vínculo con el crimen organizado y este instituto político.

Otra funcionaria con un negro pasado es la contralora de Campeche, María Eugenia Enríquez Reyes quien fue acusada en el 2008 de tener ligas con los zetas, de recibir dinero de este grupo criminal en Puebla, según señalaron dos  detenidos  en una investigación con folio 973/2008/IZMAP/DIEDO-1,  donde la acusan de que recibía 50 mil pesos mensuales a cambio de informar de los operativos  de la Dirección de Investigación Especializada  en Delincuencia Organizada, pero Layda la rescata, tiene una  colección de pillos en su gabinete.

Otro pillo de Layda es el presidente del Congreso de Campeche, el veracruzano Alejandro Gómez Cazarín, quien habla de austeridad, pero organiza fiestas excéntricas, en lugares exclusivos, como el club de golf de Campeche.

Este tipo ahora pretende incendiar Campeche, acabar con la democracia, propuso que se les retire el 70 por ciento de financiamiento a los partidos políticos, mediante un cambio de fórmula para la asignación de recursos, una propuesta de vacilada porque qué democracia es la que se tendría en el estado si a los partidos políticos se les retira el recurso para competir con morena, es ridículo, absurdo, no tendrían los adversarios ni para pagar rentas de sus locales.

Increíble que se permita que un tipo que está señalado de ligas con el narcotráfico junto con toda su familia en Veracruz ponga a Campeche de cabeza, para ello se dedica a sobornar a diputados de todos los partidos para que traicionen a sus institutos políticos, lo hizo con tres de MOCI y se dice que una diputada del PAN ya está maiceada y lista para abandonar el blanquiazul a cambio de apoyos mensuales generosos.

Otro de los colaboradores de Layda, a quien hizo dirigente estatal de morena, para burla de los morenos de Campeche, Erick Reyes, cuyos hijos andan briagos armando pleitos en bares en Campeche, también ha sido señalado de tener ligas con el narcotráfico, en Álvaro Obregón. Se dice que a este ya le perdieron la confianza por la forma en que maneja el dinero y que lo controlarán.

Layda no sólo es la reina de la corrupción y la pillería, es la diosa del nepotismo se habla de unos 20 parientes dentro de su gabinete. Ahí están sus sobrinos, sus hermanas, esposos y esposas de sus parientes, no hay lugar para la duda, pero el cinismo de doña Layda no tiene límites.

De su trabajo no hay nada que analizar, el primer año de gobierno fue un desastre, no hay obras, pero los 22 mil millones de pesos del presupuesto sí se ejercieron, en qué, no me pregunten , eso sólo lo sabe doña Layda y su pandilla, sólo espero que  aquel refrán que reza “dime con quién andas y te diré quién eres” no se aplique con Layda pues está rodeado de personas  señaladas de tener ligas con el crimen organizado, aunque sería bueno que explique a quién le vendió  el hotel “Siho Playa” llama la atención que se diga que fue a unos vecinos de la “Chingada” a quienes se los vendió, amigos del Presidente, y se rumora en Chiapas, que son prestanombres nada más, pero ella lo debe de aclarar.

Pobre Campeche, le restan cinco años más de ineptitud, de corrupción, de tolerancia al crimen organizado, de nepotismo, de cinismo, de persecución política, de odios y locuras.