Internacional

Dimite el primer ministro Ariel Henry; gobierno de transición toma el poder

Puerto Príncipe.- El primer ministro de Haití, Ariel Henry, anunció su dimisión el jueves y entregó el poder a un consejo de transición que buscará hacerse con el control de la nación devastada por la violencia.

Henry escribió en su carta de dimisión fechada el miércoles que, “dada la situación actual”, era el momento adecuado para que dimitiera. “Hemos servido a la nación en tiempos difíciles. Agradezco a todos los que tuvieron el coraje de enfrentar estos desafíos conmigo”, dijo.

Haití ha sido golpeado por el caos y la violencia de las pandillas en las últimas semanas, con grupos criminales atacando estructuras gubernamentales y el orden social al borde del colapso.

El ministro de Finanzas de la nación caribeña, Michael Patrick Boisvert, fue designado primer ministro interino hasta que se forme un nuevo gobierno, según una publicación X de la oficina de Henry el jueves.

A un consejo de transición, compuesto por siete miembros con derecho a voto y dos observadores sin derecho a voto, se le encomienda la responsabilidad de nombrar un nuevo primer ministro y gabinete. El comité ejercerá ciertos poderes presidenciales hasta la toma de posesión de un nuevo mandatario electo, lo que deberá tener lugar a más tardar el 7 de febrero de 2026.

Henry anunció en marzo sus planes de dimitir una vez que se tomara una decisión sobre el futuro liderazgo del país, y poco después se creó el consejo de transición.

La Comunidad y Mercado Común del Caribe (CARICOM) dio la bienvenida a la formación del consejo en una declaración a principios de este mes, con la esperanza de que marque “un nuevo comienzo para Haití”.

Desde febrero, los ataques de una alianza insurgente de pandillas en la capital, Puerto Príncipe, causaron que el aeropuerto internacional y el puerto marítimo de la ciudad hayan dejado de funcionar, interrumpiendo líneas vitales de suministro de alimentos y ayuda y provocando un éxodo de vuelos de evacuación para ciudadanos extranjeros.

Con la ciudad prácticamente aislada del mundo exterior, los hospitales han sido vandalizados, mientras que los almacenes y contenedores de alimentos y suministros esenciales fueron asaltados a medida que el tejido social se desintegra.

Según las Naciones Unidas, casi 5 millones de personas en Haití sufren de inseguridad alimentaria aguda, definida como cuando la incapacidad de una persona para consumir alimentos adecuados representa un peligro inmediato para sus vidas o sus medios de subsistencia.

“Ésta es la peor crisis humanitaria en Haití desde el terremoto de 2010. No creo que eso se haya asimilado”, dijo a CNN el mes pasado Jean-Martin Bauer, director nacional del Programa Mundial de Alimentos para Haití.

Mientras tanto, la oficina de derechos humanos de la ONU describió la violencia sexual en Haití como “muy poco denunciada y en gran medida impune”, en un desgarrador informe que documentó casos de violación y relaciones sexuales forzadas con miembros de pandillas, así como niveles crecientes de violencia de pandillas en el país.