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Busca Checo Pérez repetir la hazaña en Singapur

Francisco Martínez Hernández

El trazado callejero de Marina Bay ya espera a los contendientes de la ronda 16 del Mundial de F1 2023 y el mexicano Sergio Pérez estará ahí para correr bajo las luces artificiales en esta competencia nocturna espectacular que ganó en 2022, además de llegar a los 250 Grandes Premios, también defenderá la victoria del año pasado, aunque parezca una misión casi imposible.

Hace un año, los astros se alinearon para que el mexicano cruzara la bandera a cuadros en primer lugar, llevándose el protagonismo por encima de su compañero Max Verstappen.

Los errores del bicampeón en la sesión de calificación y en carrera jugaron a favor de Checo, quien dio cátedra de manejo en asfalto mojado y en administración de neumáticos.

El trazado urbano de la sede asiática suele ajustarse mejor al estilo de manejo del tapatío.

Es necesario contar con un monoplaza equilibrado para las zonas de baja velocidad, específicamente en las curvas, y en los sectores fluidos con rectas, sin embargo, el punto fuerte es el control que tiene el piloto al volante, en qué parte acelera o frena, cómo aprovecha las estrechas calles y un punto fundamental, el lugar de arrancada.

Por lo pronto, señala Checo Pérez, “el equipo ha trabajado mucho en la suspensión y la puesta a punto del coche y hemos dado grandes pasos adelante”, lo que sin duda es positivo, aunque el trazado de Marina Bay presenta modificaciones.

Este año, por a los trabajos de construcción alrededor de la sección flotante del estadio, se eliminó la chicane de las curvas 16 y 17, lo que significa que la pista ya no corre a lo largo del paseo marítimo y luego corta debajo de la tribuna en ese punto para las curvas 18 y 19. Ahora, después de la curva a izquierdas en la curva 15, la pista continúa recta (detrás de la tribuna por debajo de la cual solía correr) y luego se reincorpora al circuito original en lo que era la curva 19.

Las revisiones temporales significan que la última chicane ahora es la curva 16 y 17, lo que lleva a las dos últimas curvas a izquierda para terminar la vuelta. Todo ello supone una recta más larga que podría facilitar los adelantamientos, pero también aumenta considerablemente la velocidad media y supondrá tiempos de vuelta más bajos, reduciendo el tiempo total de carrera. Eso será música para los oídos de los pilotos, incluso si sigue siendo la carrera más dura del año.

Checo espera mantener el nivel y la adaptación con el Red Bull que ha logrado desde que regresó de las vacaciones de verano y dejar atrás los fantasmas de los resultados que lo alejaron de la pelea por la corona.