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CFE desacata orden de juez para reconectar la luz en la Planta de Tula de La Cruz Azul

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) desacata la resolución del Juez Quinto de Distrito en Materia Civil de la CDMX, Alejandro Dzib Sotelo, determinada hace un día, que le daba la razón jurídica a los socios cooperativistas de La Cruz Azul, administradores legales de la Planta de Tula, a efecto de obligar a la CFE a reestablecer el servicio de luz. Sospechosamente, un día después, el mismo juez Dzib Sotelo, se retracta, a petición del responsable de asuntos jurídicos en CFE Suministrador de Servicios Básicos, Ricardo Hernández, quién es cercano al grupo de Víctor Velázquez y José Antonio Marín.
La razón asiste al presidente López Obrador cuando afirma que es necesarioerradicar la corrupción en el Poder Judicial. Hacemos un respetuoso pero enérgico llamado al ministro presidente Arturo Záldivar para que tome cartas en este asunto e investigue el desacato de la CFE yde cuanto fueron los cañonazos de dinero para que el juez Dzib Sotelo, quien ya tiene quejas ante el CJF, cambiara de decisión en un día. En el camino de transformación que vive el país es inaceptable que la justicia esté al servicio del dinero y del influyentismo.
En este contexto se hace un llamado al director general de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, para que verifique la información jurídica que le presentan sus subalternos ya que lo están engañando y lo exponen a violar la ley como el caso del evidente desacato en el que cayó esa dependencia. Es clara la colusión entre Ricardo Hernández, el juez Dzib Sotelo y el grupo de Marín y Velázquez ya que se arriesgaron a que la CFE cayera en el desacato, sabiendo que estaba en curso la negociación económica para el cambio de la resolución.
Las pérdidas económicas por la falta de energía en la planta ascienden en estos momentos a más de 150 millones de pesos, afectando de manera inhumana la posibilidad de subsistencia básica de casi 5000 familias, el pago oportuno de salarios, comprometiendo el regreso a clases de los hijos de socios y trabajadores. Aunado a todo ello hay una preocupación permanente por la posibilidad de que el grupo de Marín y Velázquez orquesten un nuevo baño de sangre e intenten tomar de manera violenta una vez más las instalaciones de la planta.