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Durante 5 años Omar Fayad miente y no cumple a hidalguenses pobres

En el país es muy popular el dicho que dice: «Candil de la calle oscuridad de su casa» y este viene como anillo al dedo al hablar del gobernador priista de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, un mal gobernante del que si se habla de su imagen propagandística tendría una calificación de 10, pero que, si hablamos de sus resultados como mandatario para atender las necesidades y problemas de los hidalguenses pobres, entonces «la puerca tuerce el rabo» y sale completamente reprobado y su calificación es muy cercana a cero.

A Omar Fayad se le ha visto, muy contento en la toma de protesta de Evelyn Salgado, como la nueva gobernadora del estado de Guerrero, -que dicho sea de paso, bien haría a esta funcionaria no seguir el ejemplo de  su homologo y vaya a querer gobern1234ar solo «en la propaganda y en alguna que otra obra de relumbrón-; mientras esto ocurría, en Hidalgo se realizaba una protesta de colonos, estudiantes, maestros y campesinos que ya no aguantaron más la soberbia y autoritarismo gubernamentales y tuvieron que salir a la calle a marchar porque los políticos, en primer lugar Omar Fayad, mienten y no cumplen sus compromisos de realización de obra pública e introducción de servicios básicos.

También acudió a la toma de protesta de Samuel García, en Nuevo León, así como a la toma de protesta de Layda Sansores, en Campeche, mientras Hidalgo se encontraba en medio de inundaciones, así el viajar y disfrutar (para aparecer en la foto, el oportunismo político) del gobernador de Hidalgo, quien dicho sea de paso, se ha mostrado como uno de los incondicionales servidores de la 4T.

Es evidente que muy pocos mexicanos están de acuerdo cuando se les habla de protestas y manifestaciones; y es muy «normal» descalificarlas casi al instante de que nos enteramos de alguna de ellas; pero a los hidalguenses organizados no les quedó opción (aún retando al Covid-19) y salieron a las calles con sus banderas rojas y el puño en alto porque durante cinco años el gobernador los ha ignorado, engañado y no ha cumplido con ninguna petición que le hicieron desde que llegó al poder en marzo de 2016.

No hay ninguna duda, entonces, que la denuncia y la manifestación de aquel día fue justa y le asiste la razón.

Cinco años de administración y a pocos meses de que concluya su mandato, el pueblo hidalguense, muy amable y cortésmente, sigue solicitando a su gobernador una audiencia para buscar soluciones a las problemáticas que viven en colonias y pueblos; vil descaro e incongruencia política de Omar Fayad no atenderlos ni siquiera con una minúscula audiencia para escuchar las peticiones de viva voz de los afectados.

El 20 de octubre, nuevamente los gritos de exigencia y denuncia salían de las gargantas de cientos de hidalguenses y se expandían por las calles de Pachuca, hidalguenses que están dispuestos, así lo dijo Guadalupe Orona, a seguir manifestándose y luchando hasta el último día que concluya el mandato del gobernador porque se están cometiendo injusticias y muchos atropellos. «Le pedimos al gobernador y al Gobierno de Hidalgo que respeten al pueblo hidalguense y atiendan y resuelvan las necesidades de miles de familias; de lo contrario, las protestas y la denuncia aumentarán a nivel local y nacional»

Hidalgo no es un estado bien gobernado. Las cifras son muy elocuentes y reflejan la errónea forma de gobernar y la realidad que vive la población que muy pronto entrará en campañas electorales donde volverán los discursos huecos que buscarán, hasta por debajo de las piedras, el voto de la gente para lograr conquistar el poder político de ese estado.

Según el Coneval la población de Hidalgo en condición de pobreza, pobreza extrema y moderada incrementó del 2018 al 2020; en 2018 el estado tenía 49.9 por ciento de la población en esa situación y en 2020 incrementó a un 50.8 por ciento, de un millón 517 mil 200 personas pasó a un millón 570 mil 600 personas.

Las recientes y graves inundaciones que sufrió Tula de Allende en los primeros días de septiembre, donde se desplazaron 10 mil personas y lamentablemente perdieron la vida 17, todas ellas, pacientes en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social donde acuden enfermos que no pueden costearse el acceso a la sanidad privada, también pone al gobierno estatal como inoperante e incapaz de atender rápidamente a los afectados por los desastres naturales.

Ambos ejemplos son suficientes para darnos cuenta que el gobierno de Hidalgo en cinco años no ha cumplido a sus gobernados. Pero ahora, misteriosamente, tras la presión del pueblo, parece que las «buenas intenciones» surgen desde Palacio de Gobierno, así sucedió este día cuando el celular de Guadalupe Orona sonó y era ni más ni menos que el mismísimo Secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar, anunciando una «reunión de trabajo» para el miércoles 27 de octubre donde se prometía la presencia del mandatario estatal. La “sorpresa” fue tanta, que necesariamente se debe recordar que las familias hidalguenses  han realizado 4 plantones, 54 cadenas humanas y mítines y 23 marchas; la respuesta, un silencio total y cero soluciones.

Aunque dicha reunión se llevó a cabo, no fue más que las palabras de siempre, sin soluciones reales y nada nuevo que aportar.

Desde el gabinete fayadense nada es creíble ya. ¿Será que lo que no hizo Omar Fayad en cinco años, recibir en audiencia a los hidalguenses pobres, ahora sí va a suceder?, ¿Acaso ahora sí atenderá las necesidades del Albergue Estudiantil, las obras y servicios para colonias y pueblos marginados?, ¿Será que a los maestros que se le dejó sin salario, ya lo recibirán? Pero por si nada de esto ocurre, como sería de esperarse, hoy frente a varios cientos de amas de casa, colonos y campesinos la líder Guadalupe Orona fue muy enfática: «Aunque no se nos resuelva, aquí estamos y aquí estaremos hasta el último día del gobierno de Omar Fayad».

Parece que los discursos del mandatario hidalguense se los lleva el aire y ya no le darán para poder dejar a quien tanto desea, al menos no con las mismas siglas del PRI. Sin embargo, desde la Ciudad de México, en San Lázaro, parece existir la seguridad que quien lo sucederá será una mujer.

Por otro lado, ya es “vox populi” que Hidalgo, como Oaxaca, se vestirá de color guinda y que el gobierno de Omar Fayad quedará olvidado y sepultado políticamente como las más de 137 víctimas de la explosión del 2019 en Tlahuelilpan donde, lamentablemente, no se ha dado una verdadera explicación de la lentitud con que actuó el gobierno en esa  terrible tragedia.

Es cierto, que al gobierno de Fayad aún le queda un año, pero así como van las cosas, no es creíble que todo lo que no resolvió en cinco, lo vaya a hacer en uno, máxime cuando anda más preocupado por quedar bien con el gobierno del Presidente, que por resolver los problemas de aquellos que votaron por él.