César Rodríguez cumplió uno de sus sueños
Francisco Martínez Hernández
El regiomontano César Rodríguez vio cristalizado su sueño de subir al podio en un Campeonato Mundial de mayores al obtener la medalla de plata en el certamen realizado en Guadalajara, Jalisco, donde protagonizó batallas inolvidables en la división de menos de 54 kilogramos como fue la semifinal ante Corea y la final ante el húngaro Omar Gergely Salim, quien tuvo que soportar los embates del mexicano, aunque la historia se inclinó a Europa.
“Siempre estuve concentrado, sabía que podía llegar a la final y se hizo realidad, el deseo de todos de verme triunfar fue lo que me dio motivación para estar en la final”, dijo el taekwondoín mexicano, quien ganó la plaza olímpica para México en el ciclo para Río 2016, y quien enfrenta su tercer ciclo con el sueño de estar en París 2024.
César Rodríguez, actual bicampeón centroamericano, se plantó con determinación y coraje en cada uno de sus combates en la categoría menor a los 54 kilos, ya que estaba ante la oportunidad de demostrar hasta donde quería llegar en escenario espectacular y con la afición apoyándolo en todo momento, destacando la presencia de sus padres, quienes viajaron desde Nuevo León a tierras tapatías.
Fue una larga jornada para el integrante del Team Toyota México, en donde enfrentó a competidores de alto voltaje como el coreano Jun-Seo Bae, quien se presentó a la escena como sello de monarca mundial de Manchester 2019 o el subcampeón mundial junior Sofía 2022, el kazajo Tamirlan Tleules; pero ambos les dejó su sello en combates de alarido.
“Sabía que iban a ser combates complicados, sabía lo que tenía que hacer, porque quería llegar a la final”, agregó Rodríguez, quien sujetó su dobok con una cinta bordada con el nombre de la triple medallista olímpica María de Rosario Espinosa, un regalo que le hizo cuando buscó su pase a los olímpicos de Río 2016.
“Vi cada uno de los combates de los rivales que iban pasando, los analicé para ver sus fallas. Formaba más o menos algo de lo que sabía hacer para aplicarlo en el combate y así fui guiando la estrategia”, comentó el taekwondoín que en el 2010 se convirtió en monarca mundial en Tijuana, pero en la categoría juvenil.
En la final, el regio dispuso de su mejor versión para ir por el húngaro Omar Gergely Salim, un campeón europeo que aprendió este arte marcial de su padre Gergely, monarca mundial en 1991 y 1993 con los colores de Dinamarca.
Ambos se trenzaron en una ardua batalla. César arremetió con sendas patadas al húngaro. Pegó con entereza para debilitarlo; pero no lo necesario para sumar. Cuatro minutos que fueron eternos para ambos. El título mundial de por medio y la gloría a un paso. Al final César se vio cansado, Omar Gergely Salim se quedó con el cetro con 2-0 (3-14 y 11-9) y el mexicano con un subcampeonato.
Como próximos planes destacó “me ilusiona Paris 2024, hay que ir poco a poco”, concluyó un feliz César Rodríguez, subcampeón mundial de taekwondo.