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Reduce Banxico a 1.5 pronóstico de crecimiento del PIB

En su ‘Informe trimestral abril-junio 2024’, el Banco de México estimó un escenario central de crecimiento de 1.5% con un límite inferior de 1.1 y uno superior de 1.9%, con lo que redujo su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para 2024, casi un punto porcentual menos que la previsión previa de 2.4% ante un periodo de «marcada debilidad».

Asimismo, el organismo autónomo rebajó a 1.2% su proyección central del PIB para 2025, tres décimas menos que la anterior de 1.5%.

El cambio en la perspectiva ocurre tras confirmarse la semana pasada que la economía nacional creció 0.2% trimestral y 2,1% interanual en el segundo trimestre de 2024, con lo que acumula una subida de 1.8% en el año.

Mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo hace dos semanas a 1.9 desde 2.5% previo su previsión de crecimiento para México este año.

«En el informe anterior se preveía una recuperación del ritmo de expansión de la actividad económica en el segundo trimestre. Sin embargo, el crecimiento en dicho periodo continuó sorprendiendo a la baja y resultó significativamente menor a lo esperado», advirtió el banco central en su reporte.

La Junta de Gobierno de Banxico también empeoró su pronóstico de la inflación general, que ahora promediaría 4.4% anual en el último trimestre de 2024, frente a la previsión pasada de 4%.

«No se puede descartar la posibilidad de que los efectos de los choques sobre la inflación sean más duraderos, de que se agudicen o de que ocurran nuevos choques que la presionen al alza», advirtió.

Pese a este contexto, Banxico defendió su política monetaria, que el 8 de agosto resultó en un recorte de 25 puntos base a la tasa de interés, que quedó en 10.75%.

El banco central también proyectó para este año la creación de entre 410 mil y 550 mil empleos formales, afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por debajo del intervalo anterior, que iba de 510 mil a 670 mil.

Parte del informe señala que el organismo autónomo concluyó en el reporte que «la actividad económica nacional atraviesa por un periodo  de marcada debilidad», pero «se espera que el crecimiento de la economía en 2024 y 2025 sea moderado,  apoyado, principalmente, en el gasto interno».

Respecto de la inflación global, en el segundo trimestre de 2024 la inflación general anual mostró un comportamiento diferenciado entre economías.

Por un lado, disminuyó en varias de las principales economías avanzadas. En particular, en Estados Unidos se redujo durante el periodo que se reporta, en parte, ante menores presiones en los precios de los servicios. No obstante, en algunas otras economías avanzadas la inflación exhibió ligeros aumentos en lecturas en algunos meses, en cierta medida ante presiones en los precios de los energéticos en esos países. Por otra parte, en un

amplio número de las principales economías emergentes la inflación general se incrementó.

Lo anterior, en parte, ante mayores presiones en los precios de los energéticos y de los alimentos. En este entorno, si bien el proceso desinflacionario mundial ha avanzado luego de los choques globales, este continúa enfrentado retos y riesgos.

Entre el primer y el segundo trimestre de 2024, la inflación general anual en México pasó de 4.57 a 4.77% y alcanzó 5.57% en julio. Este desempeño fue resultado exclusivamente del incremento de la inflación no  subyacente. No obstante, en la primera quincena de agosto, la inflación general anual se redujo a 5.16% al moderarse la inflación no subyacente.

La inflación subyacente, la cual refleja de mejor forma la tendencia de mediano plazo de la inflación, disminuyó  de 4.65 a 4.23% entre dichos trimestres y se ubicó en 3.98% en la primera quincena de agosto. Su descenso siguió respondiendo al desvanecimiento de los choques asociados con la pandemia y con el conflicto en Ucrania, así como a las acciones de política monetaria implementadas.

En su interior, la inflación de las mercancías continuó reduciéndose. La inflación de los servicios mantuvo niveles elevados sin presentar un claro punto de inflexión a la baja, si bien la variación anual de los precios de algunos de sus componentes se ha moderado. Por su parte, la inflación no subyacente se incrementó de 4.31 a 6.46% en ese lapso trimestral y a 10.36% en julio.

Este comportamiento al alza fue consecuencia del incremento en las variaciones de los precios del gas L.P. ante la evolución de sus referencias internacionales, así como de mayores variaciones de los precios de los  agropecuarios afectados por choques de oferta.

En la primera quincena de agosto, la inflación no subyacente descendió a 8.80% ante cierta reversión de los choques que la habían afectado.