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Gobierno implementa acciones para que todos tengan acceso a la lectura

El Gobierno de México implementa acciones para que todos tengan acceso a libros, bibliotecas, círculos, salas o clubes de lectura donde puedan no sólo leer y aprender, sino entrar al mundo de la lectura por gozo, afirmó la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya.

Al encabezar la celebración de Fandango por la Lectura en el municipio de Saltillo, destacó que el presidente Andrés Manuel López Obrador promovió la lectura a lo largo de su administración, al asegurar que «la lectura es deber, pero también es placer».

En las instalaciones del Hospital General de Zona No. 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en la capital de Coahuila, la titular de la SEP expresó que no hay actividad más noble que la lectura, pues ofrece una perspectiva amplia y profunda sobre la vida.

Durante el Fandango por la Lectura, que forma parte de la Estrategia Nacional de Lectura (ENL), y que tuvo como invitado especial al IMSS, dijo que no hay actividad más noble que la lectura, pues ofrece una perspectiva amplia y profunda sobre la vida.

En presencia de doctoras, médicos, trabajadores sociales, administrativos y derechohabientes, señaló que la Secretaría de Educación Pública (SEP) busca que estas experiencias comunitarias de lectura contribuyan a desarrollar habilidades para que niñas, niños, adolescentes y jóvenes lean, aprendan y sean felices.

Luego de mandar un saludo al gobernador del estado de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, dijo que “leer nos brinda la posibilidad de comprender lo que somos y que podemos llegar a ser mejores personas. La lectura es una puerta al conocimiento, a la aventura, al éxito y a la trascendencia”.

Añadió que la lectura debe ser un acto de libertad. “Lean lo que les guste, lo que les interese o apasione, pero lean mucho, disfrútenlo y compártanlo”.

En un ambiente festivo, como caracteriza a los fandangos, la titular de la SEP leyó La turba, de la escritora Claudia Luna Fuentes, y, acompañada por los asistentes, Un sueño, de Manuel Acuña.

Al dar la bienvenida a los fandangos, el presidente de la fundación IMSS A.C., Romeo Rodríguez Suárez, dijo que desde niño le gustó la lectura e iba a los parques, no a jugar, sino a platicar con sus amigos sobre lo que habían leído en la semana. Por ello, dijo, la lectura debe ser uno de los amores de las y los mexicanos.

Rodríguez Suárez, quien acudió en representación del titular del IMSS, Zoé Robledo Aburto, leyó el texto Canción de tumba, de Julián Herbert.

El director general de Culturas Populares de la Secretaría de Cultura (Cultura) federal, Jesús Antonio Rodríguez Aguirre “Frino”, planteó que los dos escritores coahuilenses que le gustan más son el novelista Vicente Alfonso Rodríguez, quien basa sus textos en el periodismo; además de Enriqueta Ochoa, poeta lagunera, de quien leyó Mentira que todos mueren.

Salmo del salmón y Omelette existencial son dos obras de “Frino”, quien, acompañado de su armónica, representó en el escenario ambos textos.

El titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social de la Secretaría de Gobernación (Segob), Héctor Miranda Anzá, leyó el cuento Casa, de Claudia Barrueto, y manifestó que la lectura cura.

El delegado estatal del IMSS, José Valeriano Ibáñez de la Rosa, leyó un texto de Julio Torri, Los unicornios, donde se narran las vicisitudes de un unicornio en el Arca de Noé, que lo llevó a pensar en la extinción. Dijo que en la lectura se encuentra un excelente remedio para la salud.

Señaló que, a través de las ludotecas, el IMSS lleva salud a niñas y niños que se encuentran hospitalizados.

La delegada federal de Programas para el Desarrollo, Aida Mata Quiñones, se sumó al evento y leyó Ni cuando serví café en mi diminuta vajilla, también de Claudia Barrueto.

El secretario de Educación estatal, Emmanuel Garza Fishburn, leyó un texto de Julio Torri: El vagabundo, y posteriormente agradeció a la titular de la SEP por elegir al estado para realizar los Fandangos por la Lectura.

El artista coahuilense Eduardo Ribé leyó en voz alta su obra denominada Locución insubordinada, y también desde el escenario del auditorio representó su texto Ave fénix.