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Ramírez Bedolla, un gobernador que le falla a los michoacanos

Morelia, Mich.- La descomposición social y la inseguridad que se vive en Michoacán bajo la complicidad del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, se refleja en el cobro de piso al transporte público de la entidad que paga mensualmente al crimen organizado 21 millones de pesos, y en algunos casos con despensas de la canasta básica.

El transporte público de Michoacán congrega 42 mil unidades concesionadas en todas sus modalidades de microbuses, combis, taxis y camiones, quienes son víctimas del Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras y La Nueva Familia Michoacana.

Es un hecho que el gobernador Ramírez Bedolla le está fallando a los michoacanos, que publicitar sus obras de relumbrón, firma de convenios y se limita en asegurar que los índices de inseguridad van a la baja, cuando la realidad es otra, al grado que el Gobierno Federal envió 900 elementos más del Ejército Mexicano, quienes llevan por objetivo fortalecer las operaciones de seguridad que mantiene el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional en la Entidad.

Cabe recordar que el crimen organizado, es apoyados por elementos de las corporaciones policiacas municipales, estatales, incluso presidentes municipales, quienes presionan por medio de amenazas, ejecuciones y unidades quemadas a los transportistas en los municipios de Zacapu, Zitácuaro, Pátzcuaro, Zinapécuaro, Lázaro Cárdenas, Maravatío y Ciudad Hidalgo, mientras que el Gobernador hace caso omiso y niega lo que es una cruenta realidad.

Uno de los casos más representativos del cobro de piso al transporte público, se da en el municipio de Zacapu, donde las células del crimen organizado, impuso la cuota mensualmente por unidad de 700 pesos, y una despensa de multas por violaciones al reglamento de tránsito.

En caso de una reincidencia, la multa es el pago de una despensa y una tableada que es un castigo que dan los sicarios a sus víctimas golpeándolos con una tabla, despensas son entregadas al presidente municipal para que las distribuya.

En el caso de Zitácuaro la tarifa del cobro de piso es de 500 pesos; mientras que en Uruapan los taxistas pagan 300 pesos y los camiones urbanos 400 pesos por unidad de manera mensual.

En Pátzcuaro las células del crimen organizado pasan por 200 mil pesos cada tres meses a las distintas líneas del transporte urbano, y 300 pesos por unidad de taxi; mientras que en Zinapécuaro se paga 500 pesos por unidad de los camiones urbanos.