Orozco y Agundez se recuperan para su siguiente competencia
Francisco Martínez Hernández
Las clavadistas Alejandra Orozco y Gabriela Agundez, medallistas olímpicas en Tokio 2020, continúan en positiva recuperación de sus lesiones, con la mira puesta en París 2024, utilizando la más alta tecnología en crioterapia de cuerpo entero, con el respaldo de CryoB, empresa mexicana que las lleva a otro nivel, al sustituir el sufrimiento de las clásicas inmersiones en tambos o tinas de hielo.
“Desde hace cinco años se creó esta alianza de confianza mutua con CryoB, fuimos a tocar la puerta después de Río 2016 y nos la abrieron, voltearon como iniciativa privada al deporte olímpico lo que es difícil en ocasiones, sabíamos que queríamos llegar a Tokio, traer medallas, nos atrevimos a utilizar la tecnología y nos han acompañado en todo este proceso y el resultado fue nuestra medalla”, explicó Alejandra Orozco, quien cuenta con dos preseas olímpicas en Londres 2012 (plata) y Tokio 2020 (bronce).
Compartió que CryoB formó parte de sus resultados en la pasada justa veraniega “porque fue parte del proceso, porque estuvo en las buenas y en las malas, como cuando se quemó en el incendio del gimnasio del CODE Jalisco la cabina personal premium -de costo aproximado de 72 mil 500 dólares- que tenían los clavadistas, hecho que en lugar de eliminar el apoyo, lo reforzaron abriendo las puertas de sus clientes, para que asistieran a diferentes sucursales a terapia.
Consideró parte importante para mantener su físico antes de Tokio y ahora recuperarlo después de la operación de hombro debido al desgaste de 15 años en el alto rendimiento y cuya lesión se agravó por un accidente de auto, siendo ahora parte de sus terapias post operación, además de considerar que “tenemos tres años a París, no hay tiempo qué perder”.
Por su parte, la sudcaliforniana Gabriela Agundez consideró que “Cryob llegó para sumar en nuestro camino rumbo a Tokio, a mi me tocó pasar muchas veces por las tinas de hielo y es un sufrimiento enorme, y en el caso de las cabinas Chillout es cero sufrimiento y una enorme recuperación, de esa manera es como llegó a sumar a mi carrera deportiva”.
También dijo, que “siempre estuvieron al pie del cañón con nosotras, apoyándonos, tuvimos nuestras altas, bajas y ahí estuvieron, ese resultado fue en equipo, antes de Tokio entrenábamos 8 horas al día, y terminábamos cansadas, lo que queríamos era llegar a acostarnos, pero teníamos que estar 100 por ciento recuperadas al siguiente día”.
“Encontrar las formas de recuperarnos fue como pudimos llegar de la mejor manera a Tokio, se agradece mucho ese apoyo, estamos muy contentas de ser parte de esta familia y seguiremos dando nuestro máximo para nuevamente trabajar en equipo y llegar a Paris”, destacó la también medallista olímpica juvenil.