Centros penitenciarios de la Ciudad de México “mina de oro” para funcionarios
Los reclusorios de la Ciudad de México siguen siendo “una mina de oro” inagotable tanto para autoridades penitenciarias como para los grupos criminales que mantienen su coto de poder en las prisiones capitalinas, hace unos años los custodios trasladaban el dinero en costales producto de los “negocios” clandestinos que les redituables ganancias provenientes de al menos 13 de los 15 inmuebles de reclusión locales.
Presuntamente en la presente administración de Morena en la CDMX el sistema penitenciario pasó a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para acabar con el problema de corrupción, abusos de autoridad, tortura y violencia en los centros penitenciarios de la metrópoli, sin embargo, al igual que otras medidas esto ha sido un completo fracaso.
Por el momento el subsecretario del Sistema Penitenciario Omar Reyes Colmenares ni su jefe mediato el secretario de Seguridad Pablo Vázquez Camacho, no han intervenido para darle solución a este dilema que se ha convertido en un fuerte dolor de cabeza para la administración encabezada por Martí Batres Guadarrama, quien en diciembre ya va de salida y deja el asunto a Clara Marina Brugada Molina.
De acuerdo a familiares de internos en las prisiones de la Ciudad de México, éstas se han convertido en “los hoteles más caros del mundo” ya que por todo hay que pagar, desde la visita de familiares que tienen que entregar “propinas” al personal penitenciario para que no les pongan trabas para ingresar a ver a sus internos, las cantidades pueden ir de los 50 pesos o más, a fin de que no les encuentren irregularidades en la ropa, calzado, identificación u otro requisito del reglamento del sistema penitenciario, así como cobros ilegales por agua y luz.
Esto sin tomar en cuenta lo sufragado por estacionamientos en las afueras de los penales -entre 80 o más pesos-, los 80, 150 ó más pesos por alcanzar los primeros lugares en las filas en los horarios de visita -martes, jueves, sábado y domingo-, entre 50 o más por introducir alimentos, artículos de higiene personal, para los internos que padecen enfermedades crónicas también se les ha vuelto un viacrucis poder acceder a sus medicamentos, no tomando en cuenta que las áreas de enfermería no cuentan con lo básico para atender una emergencia.
Ya en el interior de los módulos hasta hace un par de años el precio por pase de lista -tres veces diarias- oscilaba entre los 40 pesos, el uso de teléfono celular entre 500 pesos o más, no realizar la fajina -limpieza de instalaciones sanitarias y otras- entre 80 o más pesos, la visita conyugal es otro redituable negocio, entre la población interna se dice que algunos alquilan los favores amatorios de sus parejas ante la complacencia de las autoridades penitenciarias, a tal grado ha llegado la corrupción y la anarquía en estos sitios que hasta cobran por el uso de cubiertos para comer -conocido en el ámbito penitenciario como “El Rancho”-.
Hasta para dormir acostados es otro costo, ya que en algunos módulos saturados los presos que se encuentran ahí tienen que dormir amarrados para no caer, algunos de ellos con mayor experiencia tienen hasta cuenta personal para retirar dinero depositados en ellas para el pago de “protección” a cambio de un porcentaje de los recursos hechos llegar a ellas, estar un tiempo más fuera de horario en los pasillos, la obtención de negocios en el interior de los penales, eso sin tomar en cuenta el tráfico y venta de estupefacientes en ellos, en el penal femenil reparten gel antibacterial que es utilizado para fabricar alcohol clandestino.
En ese sentido por las redes sociales trascendió que Alejandro “N” (a) “El Neri”, es señalado como uno de los principales generadores de violencia al interior del Reclusorio Oriente, “desde que llegó se dedicó a extorsionar a los familiares, a los internos. Marcan vía telefónica y solicitan de 500 a 3 mil pesos, si no depositamos, pues se desquitan con el familiar y nos empiezan a amenazar”.
Esto ha generado un infierno y un terror extremo al interior y exterior del Reclusorio ubicado en San Lorenzo Tezonco en Iztapalapa, tal como lo expresa el familiar de otro interno ´tenemos miedo a que nos los maten ahí adentro´”.
Según los afectados “El Neri” enfrenta un proceso penal, la Fiscalía de la Ciudad de México lo relaciona con el feminicidio de Abril Pérez Sagaón suscitado el 24 de noviembre de 2019 en Circuito Interior, en venganza por haber denunciado violencia familiar e intento de homicidio por parte de su exesposo Juan Carlos García, exdirector ejecutivo de Amazon México y directivo del Grupo Elektra.
Este interno no opera solo, estaría aliado con gente ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación, pese a que se encuentran en el área de máxima seguridad “Diamante”.
Por lo anterior los afectados presentaron una denuncia en la Fiscalía capitalina de manera anónima, sin embargo, “no ha pasado nada”, también se hizo la denuncia correspondiente en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) “se han presentado una serie de denuncias y escritos a la CNDH, se dio acuse de recibido, sin embargo, no hubo ningún tipo de solución ni investigación”.
Resaltaron, que en diversas ocasiones se les negó el acceso a la visita, porque ahí no son los custodios quienes mantienen el control, sino gente ligada a cotos de poder que controlan esa zona, es decir, “ellos deciden quién sí, quién no, y quién puede pasar. Entonces, tristemente, si no paga uno la extorsión, ellos sufren desde golpes, intimidaciones, incluso hasta intentos de asesinato”, esto sin tomar en cuenta decesos ocurridos en el interior de los centros penitenciarios que son ocultados por las autoridades del GCDMX, ya que tal como si se tratará de una película o serie de TV se realizan “trabajos especiales” por parte de reclusos que purgan varias condenas o están con penas máximas, ya que no les interesa mucho comportarse en su estancia en los penales, sino sobrevivir en éstos.
Asimismo, en las redes sociales comenzó a circular una advertencia en el sentido de que presos que integran las células de la Unión Tepito empezarían a cobrar renta por dormitorios, aunado en que el Reclusorio Oriente un sujeto de apellido Esparza ya había puesto una tienda de abarrotes, comenzado a sospecharse cuántos millones habría pagado a las autoridades penitenciarias de la CDMX para los permisos del negocio.
Las medidas tomadas por el gobierno de la Ciudad de México como el cambio de reclusos de alta peligrosidad a Centros Federales de Readaptación Social (CEFERESOS) y otras no ha servido de nada, tampoco se habló de la medida cuando Rosa Icela Rodríguez Velázquez entonces secretaria de Gobierno de la CDMX planteó la revisión con derechos humanos y la Agencia Digital de Innovación Pública la eliminación del pago en mano sobre visitas familiares y conyugales, pase de lista, entre otros que llevaría dos años.
La hoy titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana manifestó en esa ocasión que los trámites que se busca eliminar de pago en mano de servicios como visitas familiares y conyugales a los reclusos, pase de lista, cosas referentes a comida, “hay un tema de cobro, de parte del personal en diferentes trámites que hay, que es evidentemente corrupción. Entonces, nosotros para evitar ese tema de cobro a las familias, visitas e internos lo que estamos haciendo es centralizando los trámites. Personal ajeno al reclusorio que vienen del programa de derechos humanos… Es algo que estamos haciendo con la ADIP, también con el gobierno federal”.
Las fugas en los centros penitenciarios de internos de alta peligrosidad ha puestos mil y una veces la corrupción entre personal de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, por eso paso de la Secretaría de Gobierno a la de Seguridad Ciudadana, quien supuestamente iba por la depuración del sistema desde las cárceles, así como la contratación de al menos mil 500 elementos para aumentar en 50 por ciento el estado de fuerza actual, la homologación de los sueldos de los custodios con los que perciben los elementos de la SSC, y se intervendrán los Reclusorios Norte, Sur y Oriente que reportan mayor sobrepoblación, aunque esto no ha dado los resultados esperados.
Muchas denuncias sobre la situación del sistema penitenciario capitalina se han hecho, sin embargo, las autoridades del GCDMX han hecho poco caso o nada por atenderlas, en febrero pasado en una carta a la opinión pública le solicitaron al titular del Ejecutivo local Martí Batres atender las irregularidades que prevalecen en el personal de la Subsecretaria del Sistema Penitenciario de la capital, pidiendo una investigación exhaustiva y se llegue al esclarecimiento de los hechos que puedan ser constitutivos de delito en contra de los servidores públicos de esta área coludidas con un grupo personas privadas de su libertad y que se encuentran purgando condenas dentro de los penales.
En la misiva se asentó que ya han sido denunciados anteriormente y no se ha obtenido resultados, ni se ha castigado a ninguna persona responsable de estos hechos, tampoco se han investigado a las personas señaladas como responsables por sus víctimas. Este grupo delictivo ha sido señalado en varias ocasiones y en diferentes medios nacionales e internacionales al grupo criminal “Los Pochomos”, así como a otros presos como “Memo Fugas”, “Putifo”, “Kiko”, “Suave”, “Sanaplas”, “Gárgola”, “Vaquero” y “Yuri”, quienes con Alejandro Nery Ortiz “El Carnal”, tienen su Centro de Mando en el Módulo de Alta Seguridad “Diamante” de la penitenciaria de Santa Martha Acatitla, quienes junto con el Subsecretario del Sistema Penitenciario Omar Reyes Colmenares, y los “Orcus” Aldo Bruno Aragón Sánchez y Andrés Bravo les entregaron el poder, imperando con total impunidad el autogobierno en dicho centro de readaptación social, por lo cual desde ahí manejan todos los penales de la metrópoli, orquestando los pasos a seguir y poder seguir controlando los Reclusorios de la CDMX aun cuando se les ha hecho de su
conocimiento a las autoridades correspondientes haciendo caso omiso a que existe una confabulación entre las autoridades del sistema penitenciario y el capo Nery Ortiz y sus subordinados, hasta el momento de esta denuncia ellos siguen controlando he imperando el autogobierno en ”El Diamante”, aun a
sabiendas de que ellos son los principales orquestadores de lo que sucede en las calles capitalinas y en los centros penitenciarios.
En el Oriente existen nexos con los internos y capos del cártel de Sinaloa Inés Enrique Torres Acosta “El Kike” y Héctor Manuel Avendaño Ojeda “El Meño”, operadores de “El Señor del Sombrero”, son el enlace con el comandante Esparza “El Muerto”, trabajador del sistema penitenciario y que esta comisionado en el Reclusorio Oriente, para que les den fuerza a los de la Unión Tepito, al funcionario “El muerto”, lo mandaron con órdenes directas de la Subsecretaria del Reclusorio Sur al Oriente, con la única misión de ayudarle a los socios de la Unión de
Tepito y “El Nery”. Internos de la Zona Diamante del Centro Varonil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla, están relacionados con el crimen de Samantha Gómez, activista trans y excandidata a diputada federal de Morena, quien les estorbaba en sus objetivos.