Desaparecen otros cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco
Nuevamente el terror se apoderó de las familias de Lagos de Moreno, Jalisco, cuando se dio a conocer otra desaparición de cinco jóvenes, hermanos, quienes salieron el sábado, a visitar a unos familiares a bordo de un automóvil Nissan con placas de Texas, y hasta ahora se desconoce su paradero.
Los otros cinco jóvenes desaparecidos de Lagos de Moreno, Jalisco son los hermanos, cuyos nombres son Miguel de 19 años; Armando, de 20; Melissa, de 22; Ricardo, de 23; y Ángel, de 25, todos de apellidos Macías Noriega, quienes fueron vistos por última vez el día sábado 19 de agosto a las 3 de la tarde.
La incapacidad de las autoridades para frenar la violencia que ya afecta a 110 mil familias en México que buscan a personas desaparecidas, sacude ahora a otra familia del mismo municipio de la Región Altos Norte de aquel estado, que busca con horror y angustia a cinco jóvenes hermanos de los que hasta ahora desconocen su paradero.
Lo último que se supo de estos nuevos cinco jóvenes desaparecidos que presuntamente serían las nuevas víctimas de la delincuencia organizada en México, es que se dirigían desde la localidad San Isidro de donde son originarios y que pertenece al municipio de Lagos de Moreno, a la vivienda de sus primos en el poblado El Puesto.
Se sabe que los cinco hermanos se trasladaban en un auto, marca Nissan de color negro, con placas de Texas, Estados Unidos; sin embargo, nunca llegaron a su destino y el vehículo tampoco ha sido ubicado.
La Fiscalía de Jalisco informó que no existe denuncia sobre los hechos, según el semanario Zeta Tijuana.
En este sentido, se pide a quienes cuenten con información sobre los cinco hermanos desaparecidos contactar a la Comisión de Búsqueda de Personas de Jalisco al número de teléfono 33 1514 5422, disponible las 24 horas.
Todavía no se termina de asimilar la desaparición de los cinco chicos de los cuales se difundieron imágenes del 11 de agosto, cuando presumiblemente un cártel de la droga en México habría obligado a uno de ellos a atacar al resto, y ya estamos con otra tragedia que no sabemos en que va a parar, pues de acuerdo con expertos, Jalisco ha sido tierra de nadie desde hace mucho tiempo, más ahora que es un sitio clave para los narcotraficantes.
Los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno el 11 de agosto son Diego Alberto Lara Santoyo, Jaime Adolfo Martínez Miranda, Roberto Carlos Olmeda Cuellar, Uriel Galván González y Dante Cedillo Hernández, cuya investigación está en curso.
Apenas el 16 de agosto la Fiscalía de Jalisco informó el aseguramiento de una finca en la colonia Orilla del Agua, de Lagos de Moreno, donde hallaron manchas hemáticas y zapatos que corresponderían a los cinco jóvenes desaparecidos el 11 de agosto.
Durante el cateo la autoridad encontró leyendas de «Bienvenidos» y «MZ», según imágenes de Radio Fórmula, iniciales que corresponderían al narcotraficante Ismael ‘Mayo’ Zambada del Cártel de Sinaloa que opera en la región.
La cifra de desapariciones en Lagos de Moreno, Jalisco es imparable y de terror pues de acuerdo con el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición (Sisovid), hast el 31 de julio de 2023 tenían el registro de 514 desaparecidos, más los de agosto que se acumulan, como si de cualquier cosa se tratara y no de vidas humana.
Lagos de Moreno es el quinto municipio con más desaparecidos en Jalisco y la entidad que acumula más desparecidos de todo México, con un total de 14,890 personas sin localizar, de acuerdo con cifras oficiales.
La iglesia pide unidad
La iglesia católica mexicana hizo un llamado a la sociedad para estar unidos por la paz, los desaparecidos y sus familias, durante una misa por los cinco jóvenes que fueron vistos por última vez el pasado 11 de agosto en Lagos de Moreno, Jalisco.
A través de su editorial en el semanario Desde la Fe, pidió no criminalizar a las víctimas, ni construir prejuicios, sino reflexionar qué pasaría si se tratara de un ser querido y a quién solicitarían apoyo.
La institución religiosa compartió que este fin de semana, cientos de personas acompañaron a los familiares de Dante, Diego, Jaime, Roberto y Uriel, desaparecidos desde el 11 de agosto. A la misa también acudieron “más personas que un día simplemente ya no volvieron a ver a sus familiares y que aún desconocen su paradero”.
“En el atrio y a las afueras de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, que recién celebraba su fiesta patronal, no hubo alegría ni cohetes, sino veladoras, rezos, rosarios, oraciones que se elevaban para pedirle a Dios fortaleza y exigir justicia a las autoridades”, señala el texto.
La congregación destacó que el caso de los jóvenes no es es el único, pues este año se ha vuelto frecuente escuchar denuncias de personas que han perdido a uno o a varios seres queridos.
En este contexto, la Iglesia católica dio a conocer que en los últimos dos meses, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, Francisco Javier Acero, se ha reunido tres veces con integrantes de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas para escuchar su preocupación por la carente visibilidad de sus casos y acompañarles en su lucha.
“Por eso, aprovechamos este espacio para hacer un llamado a quienes habitamos este país a que seamos sensibles a estas historias de dolor, a conocerlas para unirnos como sociedad y encontrar en la unidad las acciones necesarias para frenar las desapariciones”, exhortó.
“Ellos buscan en canales de drenaje, en basureros, en acantilados, en desiertos, en bosques, en los Centros de Readaptación Social, en el Servicio Médico Forense, en las plazas públicas, en lugares inimaginables”, lamentó.
Asimismo, señaló que son miles, principalmente madres de familia, quienes se organizan en colectivos, en redes de acompañamiento y aprendizaje para compartir acciones y herramientas, y hasta para abrazarse.
En su mensaje aseguró que “su búsqueda también puede ayudarnos a nivel personal, a nivel familiar, pues con ese esfuerzo incansable nos enseñan a encontrar al ser humano que ha desaparecido en cada uno de nosotros”.
“Hoy más que nunca debemos recordar que nuestra tarea más importante es fortalecer el amor y ayudar a sanar las heridas, reconociendo que la superación de la violencia sólo será posible con el hábil uso de herramientas que se consiguen con la oración y con la educación que capacitan para hablar un lenguaje de paz”, declaró la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) esta semana.
La Iglesia católica se sumó al llamado de la CEM a participar en la Jornada de Oración Mensual para generar las acciones necesarias para construir la paz.