Urgen apoyo del gobierno a los centros profesionales de atención para adicciones
Las declaraciones del ex embajador de Estados Unidos en México, Kent Salazar y las del secretario de seguridad de México, Omar García Harfuch, se contradicen completamente pues mientas el norteamericano asegura que en nuestro país manda el narcotráfico y se produce fentanilo, el responsable de la seguridad del país, dice que se han realizado decomisos históricos de droga y se han detenido importantes capos, por lo que se avanza en la pacificación del país en estados como Sinaloa y Jalisco, entre otros.
Si mencionamos las divergencias entre ambos políticos, tanto el norteamericano como el mexicano, es porque para quienes nos dedicamos a la prevención y atención de las adicciones en México, notamos que: En la presente administración de la presidenta de México, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, se continúa con la misma política de su antecesor el ex presidente, Andrés Manuel López Obrador.
En el año 2017 López Obrador y su secretario de prensas, Jesús Ramírez, anunciaron una ambiciosa política en contra de las adicciones consistente en una amplia difusión en los medios de comunicación, así como en pláticas con especialistas, misma que fue un fracaso y ni siquiera llegó a implementarse.
Si la campaña de López Obrador fue un fracaso rotundo, quienes notamos nos dedicamos a la prevención y la atención de las adicciones, hemos notado que no se está haciendo nada para solucionar el problema. Quizá esto se deba a que México no cuenta con personal especializado para realizar una campaña de tal magnitud.
Otro problema es que el Consejo Nacional de Certificación de Competencias Laborales que depende de la Secretaría de Educación Pública, está otorgando títulos sin la debida preparación. Es decir, ahora cualquiera puede ser Especialista Certificado en Adicciones, sólo con un pago de por medio.
Nos queda claro que el gobierno mexicano no cuenta con la infraestructura, ni las camas en el sector salud para proporcionar una atención profesional y adecuada a quienes están padeciendo el problema de la adicción.
También es necesario señalar que el diagnóstico para una persona que sufre adicciones tiene que efectuarse por un médico adictólogo para determinar si el paciente trae enfermedades conmorbida (alcoholismo y drogas con otros padecimientos físicos).
Otro diagnostico puede arrojar una patología dual (que el usuario del tratamiento tenga dos o más trastornos. Para ello son necesarios los diagnósticos médicos.
Como la adicción es una enfermedad social, una de las primeras medidas que debe tomar el gobierno es erradicar el narco menudeo. De igual forma promover pláticas con especialistas alejadas de un discurso nada más de convencimiento hacia las personas adictas.
En cuanto a la prevención es necesario iniciarla desde la primaria, a los 8 años de edad en la que la Encuesta Nacional de Adicciones, indica que algunos niños están entrando a la adicción por el tabaco y alcohol que son la puerta de entrada a drogas más fuertes y adictivas como cocaína, cristal y fentanilo.
En la actualidad el mayor riesgo que tienen los consumidores es que ellos mismos no saben lo que están consumiendo, ya que todos los laboratorios que procesan droga son clandestinos. En el caso de la metanfetamina (piedra y cristal), la están mezclando con fentanilo una droga altamente adictiva y mortal, esto con la finalidad de provocar mayor adicción a la misma. Inclusive se ha llegado a comparar el consumo de drogas con la “ruleta rusa” en donde no se sabe en que momento se puede perder la vida.
Por todos los argumentos antes expuestos, quienes nos dedicamos a la prevención y atención de las adicciones, consideramos que los centros que trabajan de manera seria, profesional y responsable, deben contar con apoyo del gobierno, porque éste no tiene la capacidad de atender un problema de salud pública como el que nos ocupa, además porque muchos de los que existen están en manos de charlatanes.