Acude López Rabadán a la OEA para solicitar que se atienda la crisis que se vive en Acapulco, Guerrero
La negligencia del Gobierno federal en el caso del huracán “Otis” ha dejado una terrible devastación en las playas de Guerrero, especialmente, en el municipio turístico de Acapulco, lamentó la senadora Kenia López Rabadán.
Ante ello, en su conferencia de prensa “La Contramañanera”, que transmitió desde la ciudad de Washington, D.C., informó que fue a solicitar la intervención de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y de su secretario general, Luis Almagro, en este tema que preocupa a los mexicanos.
“Como senadora y Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, solicité a la OEA su intervención para que se instale un corredor aéreo y marítimo humanitario con la finalidad de que las y los guerrerenses puedan recibir ayuda directa de la comunidad nacional e internacional; se inste al gobierno mexicano a que restablezca el fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales; y se solicite a las autoridades mexicanas que permitan que quienes deseen ayudar puedan hacerlo, sin necesidad de la intervención gubernamental”, afirmó.
La vicecoordinadora de las y los senadores del PAN enfatizó que lo que busca al acudir a la OEA es resolver la crisis que se vive en Acapulco, que se libere el paso para que llegue toda la ayuda internacional posible y reconstruir lo más rápido posible a nuestro bello puerto.
“Necesitamos que organismos internacionales se pronuncien y el presidente López Obrador se dé cuenta que no se trata hoy ni de politiquería, ni de sacar raja para ningún partido político. Se trata hoy de manera humana de ayudar a las y los acapulqueños”, destacó.
En lugar de buscar soluciones para el pueblo de Guerrero, el Gobierno federal rechaza la ayuda humanitaria nacional e internacional y utiliza la tragedia electoralmente, impidiendo que cualquier persona, pueda entregar víveres, cobijas, artículos higiénicos o medicinas, de forma directa a la población afectada. Claramente, prohibir, desincentivar o criticar a quienes quieren ayudar de buena voluntad no es ético, ni humano, sostuvo.
Hoy, más de un millón de personas en Acapulco y zonas aledañas sufren sed, hambre y miedo. Muchos han perdido sus casas y todo su patrimonio, sostuvo.
Igualmente, comentó que los guerrerenses necesitan saber por qué Morena decidió no actuar, por qué la única advertencia a nivel nacional fue un tweet del Presidente.
La gente, dijo, tiene derecho a saber por qué no hubo orden de evacuación a refugios. Acapulco no tenía por qué sufrir tanto.
La legisladora por el PAN recordó que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, pronosticó el martes 24 de octubre a las 2:48 horas, es decir, 21 horas antes, que “Otis” tocaría tierras mexicanas como un huracán peligroso.
El Gobierno mexicano también sabía de estos cambios y sabía que la vida de miles de personas corría peligro, pero no lanzó la advertencia necesaria, los dejó en el desamparo, agregó.
“Era su responsabilidad usar la cadena nacional para decirle a la gente que se protegiera, sin embargo, sólo explotan los medios institucionales como propaganda política y no para hacer su trabajo”, indicó.
La legisladora dijo que el huracán golpeó a Guerrero justo cuando tenemos a los gobiernos más incompetentes de la historia.
“El gobierno de Acapulco, tiene una alcaldesa de Morena, quien no hizo lo que tenía que hacer. No avisó, no evacuó, no protegió. El gobierno de Guerrero tiene una gobernadora de Morena, quien no hizo lo que tenía que hacer. No previó, no coordinó, no respondió y se escondió. Y el Gobierno federal, de Morena, no hizo lo que tenía que hacer. No previno, no informó, no comunicó, no coordinó, no ayudó, no dio la cara. Sólo dio un patético espectáculo en la carretera”, exhibió.
López Rabadán señaló que, para el Presupuesto de Egresos de 2021, por instrucciones del presidente López Obrador, se destruyó el fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que contaba con recursos para prevenir y atender las catástrofes naturales, dinero que ha sido utilizado por el gobierno mexicano en una refinería, en un aeropuerto y en un tren, por lo que no hay los recursos suficientes para hacer frente a esta tragedia.