Escalada inflacionaria, sin tregua
Hugo Martínez Zapata
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes señala que la escalada inflacionaria no da tregua. En este mes de julio el reporte oficial de INEGI fue de 8.16% en el índice de inflación, el más alto en las últimas 33 quincenas que de manera consecutiva este flagelo ha ido en aumento, cada vez más lejos de la meta objetivo de 3% planteada por las autoridades.
La inflación golpea con mayor severidad, los precios de los productos agrícolas que en este verano fueron impactados por un 16.76%, entre otras causas por la sequía.
La inflación de alimentos en los últimos 4 años ha sido del 32% poniendo en jaque la seguridad alimentaria de la población que, como lo hemos venido diciendo, cada vez son más los mexicanos que no alcanzan a dar las 3 comidas diarias y que un día a la semana no ingieren ningún alimento, poniendo en riesgo la salud pública en el peor de los momentos. Además, a 7 de cada 10 no les alcanza para comprar la canasta básica.
Se está hablando de la posibilidad de que la inflación pudiera contenerse para el mes de septiembre. ANPEC considera esta posibilidad lejana, ya que a partir de la segunda quincena de agosto al cierre del año se vivirá en la economía nacional el momento más caliente. Los gastos escolares, cívicos y de tradiciones escalan un consumo en condiciones de insolvencia.
«Cuando la pandemia de Covid aún no termina de despedirse y mantiene su embestida con una quinta ola pertinaz que paulatinamente ha ido acumulando contagios, hospitalizaciones y muertes, en la otra vía la inflación empobrece a la población», mencionó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Este verano se presentan los efectos de una sequía prolongada y extensa que ha generado olas de calor, devastando campos, secado presas y produciendo muertes a lo largo del planeta y México no es la excepción. Más de dos tercios del territorio nacional sufre una temporada de seca que está colapsando varias zonas metropolitanas del país, como las de Nuevo León y Baja California, provocando escasez de agua potable en miles de hogares y, al no haber las condiciones de higiene e inocuidad para la vida cotidiana en los hogares, deja de haberla también en la elaboración de alimentos. Lo anterior pone en riesgo la salud de la población al propiciar enfermedades gastrointestinales, producto de esta condición insalubre.
«El cierre de año es de un alto consumo, por lo que no es el marco ni el entorno adecuado para enfriar la situación y contener la escalada inflacionaria de precios; pronosticamos un cierre de año con una inflación mayor que como lo hemos venido pronosticando, podrá llegar al 10%, además de una inflación alimentaria cerca del 20% con una variación de precios en los productos agropecuarios por encima del 23%», agregó Rivera.
Por último, huelga decir que si se cierra así el año, obviamente tendremos una curva peligrosa en la llamada cuesta de enero al inicio del año 2023. Para mala suerte nos seguirán acompañando la inflación, la pandemia, la sequía y la guerra del este europeo.